jueves, mayo 07, 2009

La suciedad engendra peste...

Leí algo interesante de La Jornada, copio y pego unos fragmentos:

Hace seis años, Science dedicó una nota importante (reportada por la admirable Bernice Wuethrich) para probar que, "luego de años de estabilidad, el virus de la influenza porcina norteamericana ha saltado hacia una vía rápida de evolución".

Desde que fue identificada, al principio de la gran depresión, la influencia porcina H1N1 sólo se había desviado ligeramente de su genoma original. Sin embargo, en 1998 se abrieron las puertas del infierno. Una cepa altamente patógena comenzó a diezmar la población de una granja porcina fabril en Carolina del Norte, y versiones nuevas y más virulentas comenzaron a aparecer casi cada año...

Investigadores entrevistados por Wuethrich se preocupaban de que uno de estos híbridos pudiera convertirse en influenza humana (...) y llamaron a la creación de un sistema de vigilancia oficial sobre la influenza porcina: amonestación que, desde luego, pasó inadvertida en un Washington preparado para quemar miles de millones de dólares en fantasías de bioterrorismo...

Pero, ¿qué causó esta aceleración de la evolución de la influenza porcina?
...en 1965 había 55 millones de cerdos en más de un millón de granjas de Estados Unidos; hoy existen 65 millones, concentrados en 65 mil instalaciones, la mitad de las cuales tienen más de 5 mil animales. En esencia, se trata de una transición desde los chiqueros a la antigua hacia vastos infiernos de excremento, de naturaleza sin precedente, en los cuales decenas, incluso cientos de miles de animales con sistemas inmunes debilitados se sofocan entre el calor y el estiércol e intercambian patógenos a velocidad de vértigo con sus compañeros de presidio y sus patéticas progenies.
Sin embargo, cualquier intento de mejorar esta nueva ecología patógena tendría que enfrentarse al monstruoso poder ejercido por conglomerados ganaderos como Smithfield Foods (cerdo y res) y Tyson (pollo)... se trata de una industria altamente globalizada con equivalente peso político internacional.
Ya hay versiones en la prensa mexicana en torno a un epicentro de influenza alrededor de una gigantesca subsidiaria de Smithfield Foods en el estado de Veracruz.


¿Qué hacer? Una amiga norteamericana residente en el DF me escribe: BOICOTEEN CARNE PRODUCIDA EN ESTAS GRANJAS INDUSTRIALES, especialmente, SMITHFIELDS y TYSON. Esto incluye la comida rápida y la carne que se compra en el supermercado. COMPREN (aunque te cueste unos pesos más) CARNE PRODUCIDA LOCALMENTE, DE PASTO ABIERTO, DE RANCHEROS INDEPENDIENTES-