jueves, septiembre 03, 2009

Datos curiosos sobre la felicidad

Encontré una web en la que presentan resultados resumidos de diversos estudios en relación con la felicidad. En se analizan factores como: el dinero, la genética, la inteligencia, etc. Algunos demuestrán no ser muy importantes, me llaman la atención los que sí, los primeros dos los tengo comprobados.

¡Cásese, será feliz!
Según una revisión de informes de 42 países llevada a cabo por unos investigadores estadounidenses, las personas casadas suelen ser más felices que las solteras. La diferencia es pequeña, pero plantea una duda interesante: ¿el matrimonio lo hace a uno feliz, o simplemente la gente feliz tiene mayor disposición a casarse?
Las dos cosas pueden ser ciertas. En un estudio de 15 años realizado con más de 30,000 alemanes, Diener y sus colegas observaron que la gente feliz tendía más a casarse y a permanecer casada. Sin embargo, cualquiera puede mejorar su estado de ánimo casándose. Asimismo, la gente que al principio es menos feliz suele sentirse más animada con el matrimonio.
Los estudios indican que la unión libre no brinda los mismos beneficios. “Sospecho que a las parejas que viven en unión libre les falta la seguridad que da el acta matrimonial, y por eso no se sienten tan felices”, dice Andrew Oswald, “Sabemos, por todos los datos con que contamos, que la inseguridad es nociva para los seres humanos”.


Dios ayuda a ser feliz
De las docenas de estudios que se han realizado sobre religión y felicidad, la gran mayoría han encontrado una relación positiva entre ambas. Creer en que existe una vida después de la muerte le da sentido y consuelo a muchas personas, además de paliar el sentimiento de estar solas en el mundo, sobre todo al envejecer, explica Harold Koenig, del Centro Médico de la Universidad Duke.
Además, la religión fomenta la interacción y el apoyo sociales. Sin embargo, Koenig considera que no se trata sólo de recibir. “Los estudios muestran que quienes ayudan a los demás se sienten bien consigo mismos, e incluso viven más”, dice. Esto, afirman los investigadores, hace que la práctica religiosa sea una fuente de mayor satisfacción que otras actividades sociales.


Dios se lo premiará
Diversos estudios han encontrado una relación entre la felicidad y el altruismo, pero como ocurre con muchos otros rasgos de conducta, no se sabe con certeza si ser caritativos nos hace sentir bien, o si la gente feliz tiende a ser más generosa.
James Konow, economista de la Universidad Loyola Marymount, en Los Ángeles, trató de determinar la causa y el efecto con un experimento. Pidió a unos estudiantes que contestaran un cuestionario, y hacia el final de la sesión les dio 10 dólares a la mitad y les dijo que podían compartirlos con los que no habían recibido nada. Konow cree que un acto aislado de generosidad no aumenta la felicidad de las personas, pero sí los efectos acumulativos de ser generoso.


El rumor es cierto: la gente bella es más feliz.
Cuando de Diener pidió a unas personas que evaluaran su propio aspecto físico, observó un “efecto leve pero positivo del atractivo físico en el bienestar subjetivo”. La explicación quizá sea que la vida es más benévola con los guapos. O tal vez se trate de algo más sutil. Los rostros más atractivos son muy siméticos, y hay pruebas de que la simetría es señal de buenos genes y un sistema inmunitario saludable. Entonces, la gente hermosa quizá sea más feliz porque es más sana.
Usted puede aprovechar el efecto benéfico que la belleza le da a su ego aunque no tenga un físico enviadiable; sólo tiene que estar convencido de que luce de maravilla.


Vejez, divino tesoro.
“Con todos los problemas que acarrea el envejecimiento, ¿cómo es posible que la gente mayor se sienta feliz?”, pregunta Laura Carstensen, profesora de psicología de la Universidad Stanford, en California. En un estudio, la psicóloga les dio radiolocalizadores a 184 personas de entre 19 y 94 años, y se comunicó con ellas cinco veces al día durante una semana; en cada ocasión les pidió que llenaran un cuestionario sobre sus emociones. Los mayores informaron de emociones positivas casi tanto como los jóvenes, pero menos emociones negativas.
¿Por qué los viejos son más felices?. Algunos científicos creen que es porque esperan que la vida sea más dura y aprenden a sobrellevarla, o porque son más realistas. Pero Carstensen cree que, conforme se le va agotando el tiempo, la gente mayor aprende a concentrarse en lo que la hace feliz y a soslayar lo que no.
“No sólo se dan cuenta de lo que tienen, sino de que no es eterno”, dice. “Cuando se tienen 85 años, por ejemplo, despedir con un beso al esposo puede generar una respuesta emocional mucho más compleja que el mismo beso a los 20 años”.


Leí un texto interesante por confirmar esta idea, justamente en voz de un viejo:
“pues a mí me parece que es señal de inteligencia el intento de barnizar aquellos perfiles positivos de la vejez, que no son pocos. El primero es el de la serenidad. Las pasiones llegan como adormecidas a la vejez: llegan en cambio robustecidos los afectos. Se odia menos, se ama más y eso es bello. Se habla de la facilidad del viejo para enternecerse, pero la ternura es un sentimiento de muchos quilates (…) Luego, el perdón. ¿Qué agravios, qué traiciones, qué heridas no cicatrizan a esas alturas de la vida? No es sólo el impulso que empuja al creyente a arreglar sus cuentas para el ajuste final lo que promueve el perdón. (…) Es la hora de saborear, como lo merecen, todos aquellos valores que no apreciamos suficientemente en vida: los más simples, los más vulgares, aquellos que no se niegan a nadie: la brisa, el sol, el crepúsculo, la sonrisa... Es la hora de releer las páginas que nos deleitaron y nos enriquecieron y despedirnos, aunque parezca paradójico, de los años venideros sin demasiado dramatismo . [Calvo-Sotelo, Joaquín (1905-1993), Vejez, divino tesoro. (Pertenece a: Ciclo de Conferencias de la Real Academia Española pronunciadas en la Fundación Ramón Areces. Primavera de 1991. Edición digital 2007 de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes por cortesía de los herederos del autor)]


Así que para ser feliz, contrariamente a lo que solemos pensar, sólo hay que ser una bella vieja rezandera y caritativa. 

miércoles, septiembre 02, 2009

Ante la crisis: no estudiar

El desempleo en México este año es mayor que en los 13 anteriores, según datos del Banco Mundial el 40% de la población de nuestro país es pobre y el 18% es extremadamente pobre (menos de 1.25 dólares al día). Por su parte, la Cámara de Diputados de México indicó que en los dos últimos años la extrema pobreza aumentó de un 13,7% a un 20%. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señala en sus informes del 2008 que, de entre los 30 miembros, México encabeza el nivel de pobreza y en desigualdad económica.

El 24 de agosto aparecía en la prensa "Destaca Calderón importancia de apoyar la educación superior"

No obstante, el gobierno procura elevar los impuestos. Lo que es peor, procura evitar la educación. Por ejemplo, CONACYT, respecto al año pasado, redujo los montos de las becas para especialidades, maestría, doctorado y ; aún no resuelve los ajustes de vigencia solicitados en 2009-2; y elimina programas de estímulos .

Parece que la "salida" a la crisis es NO buscar ni mejorar profesionalmente, ni empleo. ¿Habrá que probar algo menos ortodoxo? ¡Pena de país!

PS. Alguien me escribió preguntando si tenía algún problema en particular con Conacyt. No lo tengo, el plan de mi beca terminó y cada mes por dos años recibí puntualmente un apoyo que me ayudó a estudiar sin presiones; no puedo sino agradecer a Conacyt. Puse el caso de Conacyt, entre muchos, por parecerme grave, pero mi queja va contra la política social del gobierno federal, ejemplificando con el asunto de Conacyt. Contra esa política oscurantista, analfabetizante, sí que tengo enojo. No sólo enojo, sino tristeza, preocupación (finalmente estoy por ser madre y la educación en todo el sistema nacional cada vez es más deficiente).